Delicadeza de humo, elegancia que fascina hasta mi piel, me destrona la realidad.
La ventana de mi habitación abierta hasta el final,
con la mirada perdida en algún punto de aquella sábana,aparecían sus ojos frescos atravesando mis labios.
Nuestra existencia volátil, nuestra memoria despiadada, los pasos sobre el cristal.
Me envuelvo, me pierdo, me sumerjo en mi esencia, pierdo conexión, dejo mis caprichos, te dejo a tí.
La melodía me llena de paz el alma, me libera del encierro mental, de mi inspiración melancólica. Cristales de agua fría sobre mi cuerpo. Los pechos se endurecen, el sentimiento se congela, se porlonga por mi existencia, el roce del manjar.
Luego de hacer el amor,nuestra habitación a oscuras. Frente a la ventana, mi silueta desnuda, casi pálida, tan libre. Y un cigarrillo vivo en medio de mis dedos, aferrado a mis labios.
Amarrado a mi piel.
Me perdí en aquel momento, me embriagué con su fugacidad, mis ojos sobre la sábana, mi mente; recordando nuestra libertad.
1 comentario:
*
Lindo el texto manita, como nadie se digna a comentar, lo hago yo..
te quiero muchisimo..
(comparto lo que escribiste, yo también lo vivi)
B*
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