viernes, 18 de julio de 2008

Deje bajar antes de subir.

La otra noche soñé con él.
No quería hacerlo, de hecho, evité hasta pensarlo para que no se me fuera a aparecer en sueños, porque la vida es más rica así, cuando te la tomas como es, simple, ligera, cómica.
Había estado mirando sus fotos una semana antes, en un arranque de sentimientos, también ligeros, pero inquietantes. Sí, probablemente fue eso. Por eso soñé con él.
Del sueño no me acuerdo mucho, lo que no olvido es mi sensación al despertar. Algo de agrado, algo de desagrado también. Era casi como un helado de dos colores perfectamente equilibrados.
El agrado era por el sueño en sí. El desagrado era por el "haber soñado".
Y, es inevitable, ahora siento como si realmente hubiese estado con él. Como si fuera cierto. Como si de verdad hubiese andado de la mano con él por ahí, como si...
Y, también inevitable, me acordé de él.
No andaba triste, no es eso, es sólo que me acordé de él. Entonces lo traía en la mente. En las ideas, en las conversaciones rutinarias frente al espejo (en las cuales hace tiempo ya no participaba, él.), en las consideraciones y espejismos. Sí, de esos espejismos que te hacen saltar de la pasividad a la hiperactividad el corazón llegando al preinfarto. Y cuando compruebas su calidad de espejismo, le odias con todo el cuerpo. "Eso pudo matarme, sabes?!".
Dios. Hace tiempo que no vivía eso de los espejismos. Me lleva de inmediato un par de años atrás, cuando mi espejismo era otro, y mi estación de metro innombrable, oscura y nostálgica era la estación los heroes. Porque estaba tan llena de él que no se lo podía más. Los pantalones, el collar, la dirección a, me habia aprendido el recorrido sólo por él y ahora tenia que sacarmelo de encima. Entonces, era inevitable querer con todas mis células que apareciera, por error o pura casualidad, al abrirse las puertas. "Deje bajar antes de subir".
Esto si que tiene sentido. Mi problema, justamente, es no dejar bajar antes de subir. No se muy bien a qué me refiero con eso, y la verdad, me da miedo pensarlo, pero debe ser eso. Debe ser que no hago caso a la vocesita que parece mi consciencia, y que me advierte dulce en cada estación.
Eso tiene que ser.

2 comentarios:

B e l é n* dijo...

ayer cuando iba en el metro me acorde de ti, justamente por lo que escribiste, lo lei un poco antes de subirme al metro, que ahora con panzota lo odio..

te quiero mxo manita...

Anónimo dijo...

este esta mas piola, es como lo que es, un despertar solamente
que fue llevado e interpretado en letras en un blog...
me gusta tu madurez enana
de verdad ya poco a poco eres autonoma de tu vida...
de tu alma...



silensick