La luz tocó fuertemente su rostro, lo veía desaparecer entre la niebla de la madrugada. Su mente recordó, del lugar de donde venían, hace nueve meses, habían terminado esa extensa relación, pero aún necesitaban sentir tanto, mientras el taxi que el pago para dejarla en su casa avanzaba, no podía sacar de su conciencia el recuerdo de tantos momentos, esa noche, había sido la recreación de casi cuatro años, ahora se revivía todo, como esa llama que nunca se apagó, esas palabras que nunca debieron dejar de decir, estuvieron ahí. El taxi avanzo tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba sola en su cama, recordando, tenía el olor de él impregnado en la piel, y peor aún, el amor nunca se había ido.
viernes, 30 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
uff...tanto conozco de esas situaciones, pero tan poco del sentir, al parecer...
tanto que le escribes al amor, y tan poco que has podido disfrutarlo
te adoro manita...
te comento siempre
(habladora!!!)
Me encanto este relato :)
Visita mi blog
Saludos
Publicar un comentario